¿El emprendedor nace o se hace?
Descubre en nuestro artículo si los emprendedores nacen o se hacen. Exploramos teorías, estudios y experiencias personales para desvelar cómo rasgos innatos y habilidades adquiridas configuran el éxito emprendedor.
En el vasto y dinámico mundo del emprendimiento, una pregunta recurrente resuena con fuerza: ¿El emprendedor nace o se hace? Esta cuestión no solo toca la curiosidad de aquellos que aspiran a iniciar sus propias empresas, sino que también despierta el interés de educadores, empresarios establecidos, e incluso psicólogos que buscan comprender qué hace a un emprendedor exitoso. En este artículo, exploraremos ambas perspectivas de este debate, sumergiéndonos en estudios, experiencias personales y teorías que intentan responder si las habilidades de un emprendedor son innatas o adquiridas.


Un emprendedor es aquella persona que identifica una oportunidad de negocio y organiza los recursos necesarios para poner en marcha una empresa, asumiendo tanto los riesgos como los beneficios de su iniciativa. Más allá de esta definición formal, los emprendedores son vistos como innovadores, personas capaces de pensar fuera de lo establecido y de transformar una idea en acciones concretas que generan valor económico y social. Las características que frecuentemente se asocian con los emprendedores incluyen la creatividad, la perseverancia, la capacidad de toma de riesgos, y una fuerte habilidad para la resolución de problemas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿son estas habilidades y rasgos algo con lo que se nace, o pueden ser enseñadas y cultivadas a lo largo de la vida?
¿Qué es un emprendedor?
La idea de que algunos emprendedores nacen con un conjunto innato de habilidades y rasgos de personalidad que predisponen al éxito empresarial es una perspectiva ampliamente debatida. A continuación, exploramos algunos argumentos y ejemplos que respaldan esta visión:
Argumentos de que el emprendedor nace (visión innatista)
Investigaciones y teorías que apoyan la visión innatista
Estudios genéticos: Investigaciones recientes sugieren que ciertos rasgos como la tolerancia al riesgo, la proactividad y la resiliencia podrían tener componentes genéticos significativos. Un estudio publicado en el Journal of Business Venturing señala que los gemelos idénticos tienden a mostrar similitudes más cercanas en propensiones emprendedoras en comparación con los gemelos no idénticos.
Teorías psicológicas: Algunos psicólogos argumentan que rasgos como la extroversión y la apertura a experiencias nuevas, que son altamente correlacionados con el éxito emprendedor, son en gran medida estables y presentes desde una edad temprana en la vida de las personas.
Ejemplos de emprendedores con habilidades innatas
Steve Jobs: Co-fundador de Apple Inc., Jobs es frecuentemente citado como un ejemplo de emprendedor que parecía poseer un innato sentido de innovación y un instinto para el diseño y la tecnología que no fueron formalmente enseñados en su educación temprana.
Richard Branson: Fundador del Grupo Virgin, Branson comenzó a emprender en su adolescencia, demostrando un espíritu emprendedor y habilidades en la toma de decisiones desde muy joven, aspectos que sugieren una predisposición natural hacia el emprendimiento.




La teoría de que los emprendedores se hacen sostiene que las habilidades y capacidades necesarias para ser un emprendedor exitoso se adquieren a través de la experiencia, la educación y un entorno favorable. A continuación, exploramos algunos argumentos y ejemplos que respaldan esta perspectiva:
Argumentos de que el emprendedor se hace (visión conductista)
Investigaciones y teorías que apoyan la visión conductista
Programas y mentorías: Muchos emprendedores exitosos atribuyen parte de su éxito a la educación formal en negocios y a la mentoría recibida. Programas de aceleración y incubación, como Y Combinator y Techstars, han demostrado ser vitales en el desarrollo de habilidades empresariales en startups.
Educación continua: La capacidad de aprender constantemente y adaptarse a nuevas tecnologías y mercados es vital. Esto muestra que el aprendizaje continuo y la educación juegan un papel fundamental en la formación de un emprendedor.
Influencia del entorno: El entorno de una persona, incluyendo la familia, los amigos y la comunidad económica, juega un papel significativo en moldear las actitudes hacia el riesgo y la innovación. Un entorno de apoyo puede estimular la toma de riesgos y la innovación.
Adaptación y resiliencia: Los desafíos y los fracasos son comunes en el camino del emprendedor. La capacidad de adaptarse a los cambios y aprender de los errores es a menudo el resultado de experiencias vividas, no de características innatas.
Historias de emprendedores desarrollados a través de la experiencia
Howard Schultz: Antes de convertirse en el CEO de Starbucks, Schultz creció en un barrio pobre y trabajó su camino desde un vendedor de Xerox hasta liderar una de las cadenas de café más grandes del mundo. Su historia subraya cómo la determinación y la habilidad para aprender del entorno y de las experiencias pasadas son cruciales para el desarrollo emprendedor.
Daymond John: Fundador de FUBU y personalidad de "Shark Tank", John empezó cosiendo sombreros y vendiéndolos en las esquinas de las calles de Queens, Nueva York. Su éxito es un testimonio de cómo las habilidades emprendedoras pueden ser forjadas a través del ingenio y el contacto directo con el mercado.




Reflexionando sobre la eterna pregunta de si los emprendedores nacen o se hacen, es evidente que la respuesta más acertada podría ser: ambos. Los rasgos innatos ciertamente proporcionan una base sobre la cual se pueden construir habilidades emprendedoras, pero es el desarrollo consciente a través de la experiencia, la educación y la adaptación a desafíos lo que realmente forma a un emprendedor exitoso. Por lo tanto, en el corazón del emprendimiento se encuentra una combinación de capacidades natales y habilidades adquiridas. El verdadero potencial emprendedor florece cuando una persona no solo se apoya en sus talentos innatos, sino que también se dedica activamente a desarrollar habilidades críticas y a aprender de cada experiencia, tanto las buenas como las malas.